Tener que escribir cuatro guiones y escribir cualquier
cosa que no se les parezca lo más mínimo. Sobre el ideal de estar ahí, de tener
a alguien ahí y que sea algo inquebrantable. Sobre cumplir, no cejar o no
fallar. Sobre la desilusión que quizá se quedó a vivir muy adentro y tal vez ya no se
vaya nunca. Sobre todas esas veces, hace tantos años, en que él no apareció
cuando había dicho que lo haría. Sobre la maldita espiral: que otra persona,
mucho tiempo después, protagonizara la misma historia y que doliera. Sobre la
idea de lealtad que crearon las ausencias de ellos dos en ti y que a veces te
juega tan malas pasadas. Tan férrea y tan arraigada. Y la exigencia desmedida,
y los sentimientos heridos y la forma tan dura de reaccionar a todo eso. Sobre el
cansancio que da la angustia y las noches en que duermes poco y necesitas un
par de brazos, cuatro palabras, algunos gestos. En fin. Tener que escribir cuatro
guiones y que lo único que cierre sea esto.
miércoles, 20 de enero de 2016
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