miércoles, 20 de enero de 2016

Cuatro guiones.


Tener que escribir cuatro guiones y escribir cualquier cosa que no se les parezca lo más mínimo. Sobre el ideal de estar ahí, de tener a alguien ahí y que sea algo inquebrantable. Sobre cumplir, no cejar o no fallar. Sobre la desilusión que quizá se quedó a vivir muy adentro y tal vez ya no se vaya nunca. Sobre todas esas veces, hace tantos años, en que él no apareció cuando había dicho que lo haría. Sobre la maldita espiral: que otra persona, mucho tiempo después, protagonizara la misma historia y que doliera. Sobre la idea de lealtad que crearon las ausencias de ellos dos en ti y que a veces te juega tan malas pasadas. Tan férrea y tan arraigada. Y la exigencia desmedida, y los sentimientos heridos y la forma tan dura de reaccionar a todo eso. Sobre el cansancio que da la angustia y las noches en que duermes poco y necesitas un par de brazos, cuatro palabras, algunos gestos. En fin. Tener que escribir cuatro guiones y que lo único que cierre sea esto.

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