miércoles, 2 de noviembre de 2011

psm.

hay maneras y maneras de palmar. y Pedro San Martín palmó dejando un vacío tan grande que hubo que llenarlo con decenas de canciones y centenares de pieles del alma de gallina, por no hablar de todas las cervezas que cayeron mientras se ejecutaba la inmensa catarsis. bendita su viuda, que hasta cantó con el dolor vibrando en la garganta. te hemos perdido y eso duele, dijo Nacho, poniéndole voz a tantísima pena. y las fotografías se sucedían, y le veías sonreír una y otra y cienes y cienes de veces, sin llegar a creer que ya no estuviera. malditas sean las tormentas en las mañanas de la vida: que no dejen de emocionarnos nunca.

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