jueves, 31 de marzo de 2011

Algunas veces,

lo mejor que puede pasar resulta que pasa.

jueves, 24 de marzo de 2011

Decálogo freestyle para una primavera inhumana.

Uno. Los días empiezan con una explosión animal de luz acompasada con el despertador. Y entonces un par de párpados se abren, y la ducha al sol, y el café al sol, y la resaca jode menos y el alma se sale por alguno de los cuatro balcones. Todo apunta a que es primavera.

Dos. Entonces, después de un día entero sepultado por las campañas y lo que hay antes de las campañas y después de las campañas y en mitad de las campañas y más allá de las campañas, al salir a la calle todavía no es de noche. Las cervezas molan el doble. Y los gatos, aunque no sean pardos, molan el doble también.

Tres. La primavera es para las paellas que se nos van de las manos a la segunda botella de blanco, por favor. Me lo enseñó él, en un órdago al mus que mandó para siempre mi hígado al infierno. Hizo tan mal. Fue tan bonito. Vamos con el tercer gin tonic.

Cuatro. Sant Jordi o el día más tremendo en el mundo. La vida con flores y libros por todas partes sí puede ser maravillosa.

Cinco. El viaje a los impulsos del año: Semana santa. Granada, Cádiz, Estambul... los conquistamos. ¿Vamos con un Cabo de gata? Por el caña-tapa, por la Isleta, por el chiringo de las Negras y las duchas colándonos en el cámping de las Negras, por los festivales electro-pasados de vueltas. Por la playa, de noche, aquel día, también.

Seis. El primer baño. Cuanto antes mejor. Borrachos, vestidos, desnudos, bailando, whatever. Si vives en la meseta ya es la hostia. Llegar a casa por la puerta grande y tirarte de cabeza. Yo nací en el Mediterráneo and so did King Kong.

Siete. Los festivales, especialmente los homónimos. Las sobredosis de conciertos o tres días que se convierten en la locura más grande del mundo.

Ocho. Porque si es perfecta difícilmente será inhumana. También suenan canciones tristes y mueren gatos inocentes en primavera, no nos olvidemos.
Libro recomendado a tal efecto: Primavera con una esquina rota, de Benedetti.

Nueve. La luz de Madrid ahora. No tiene precio. Morirse de risa en el Retiro. Tampoco. Ni las cañas en su bodeguita molona. Ni los domingos en la Latina. Hay que poner en marcha el modo carretera y top manta pero ya. Y hacerlo como es debido.

Diez. Acompañar al pequeño y a la fiera parda a la playa. Dejarse ganar (cada vez menos) a las palas. Porque es un máster. Dejarse salpicar por las olas y acordarse de la sed de las olas. Necesitar un bloody mary urgentemente.

Once. Coger el coche un día tonto y largarte a la Costa Brava. Al hotel de las noches perdidas o más allá. A tener que abandonar el coche después de una comida por no destrozar alcoholímetros en modo holocausto.

Doce. La Feria de abril. Bendita sea. Fino, y rebujito y un ejército de dementes con botellas de vino en el bolso y torero y el muerto vivo y qué tendrán esos ojitos y el ataque de amor porque ya han pasado 10 años y no se nos ha olvidado ni de coña.

Trece. Que perder la primavera signifique que ha llegado el verano. Insuperable. The end.

(Bonus track. Y no sé qué diera por tenerle ahora mismo, mirando por encima de mi hombro lo que escribo...)

miércoles, 16 de marzo de 2011

esto es para confesar

esto es para confesar
que nunca me reí tanto en un día de lluvia como entonces.
que los besos gene kelly no se olvidan.
que a pesar de todo, el ave fénix que tenemos por corazoncito sigue latiendo.
que es una fiera.
y que late fuerte.
que volví a bailar y me partieron otros rayos.
piel de gallina mediante.
que tuve miedo.
que igual lo tendré siempre.
y que vuelve nacho.
con su voz sórdida que a pesar de todo mece y arrulla.
y nos transporta.
que estos días son así de grises para recibirle como se merece.
y para recordarnos.
que antes, mucho antes de que pasara nada,
y eso incluye el amor,
una noche en la bikini,
ahí los cuatro,
medio borrachos,
los tres y la niña emocionada subida en cualquier lado para ver y para verle,
ahí, entonces,
y anda que no llovió,
fuimos eternos.

lunes, 14 de marzo de 2011

crisis. nuclear. por partida doble.

hoy hace un mes de San Valentín y TODO APUNTA A QUE HEMOS SOBREVIVIDO. eso o somos unos zombies, que también tendría su gracia. a lo que no sé si sobreviviremos jamás es al reciente y noticiable ataque nuclear por partida doble de la semana que ríete tú de Japón -fail. ánimo desde aquí a los japoneses, virgen santa qué movida.

total, que hoy ni el cielo me asiste a menos que el plan celestial para asistirme sea llover y llover y llover para hacerme desaparecer mientras lo que no desaparecen son los moratones y las agujetas y la mala conciencia y los flashback y los ataques de risa inhumanos y/o macabros y/o ponga aquí el adjetivo que desee ver escrito. insert. done.

y así están las cosas y así se las hemos contado y BENDITAS SEAN LAS FIERAS PARDAS DISFRAZADAS DE ZORRITAS, especialmente cuando se escapan del zoólogico para que cunda el pánico en el mundo, especies extinguidas mediante. réquiem por todos los gatitos que no llegaron a conocer gatita por nuestra culpa -amén.

decía. que benditas sean las zorritas. es más. ahora mismo voy a poner un cirio en su honor MÁS QUE NADA PARA QUE TENGAN A BIEN NO VOLVER A APARECER EN UN TIEMPO PRUDENCIAL, siendo esto una cuestión de pura integridad física o lo que es lo mismo, DE ABSOLUTA VIDA O MUERTE.

jueves, 10 de marzo de 2011

y que las fichas sean malas.

una nueva primavera
y la piel del alma de gallina
que no piensa volver en sí
una partida que empieza,
otra que se termina
y en vez de brillar por cualquiera
el sol que despierta por ti.

un mensaje que llega
y aniquila todo lo demás
que sabes que si juegas palmarás
va sonando el estribillo
pero piensas, qué cojones
si palmar es tan bonito,
y además te ha hecho tan fuerte
(larga vida a las canciones).

so coges y tiras los dados
y alza el vuelo el pajarillo
echando un farol a la suerte
batiendo las alas a muerte
sobrevolando esas calas
cruzados los dedos por verte
y que las fichas sean malas.

martes, 1 de marzo de 2011

knock out

como un grito de amor desde un pantano en medio de la nada, un domingo cualquiera, a medio camino entre el resacón del siglo y el estremecimiento provocado por unas manos de colores sobre un cuerpo que levita.

y las lágrimas al borde de dos precipicios en forma de ojos que se cierran porque no se atreven a dejarse llevar. y vivir rodeada de pequeños que son más grandes de lo que dos garras humanas pueden llegar a abrazar.

y otra noche de blanco satén y las risas ahogadas y puestos a dormir dos horas empecemos el next round. y gatitos a los que dios mata con sus propias manos cada vez que bajo la guardia y me da por morir por ti. y la embriaguez al cubo y los corazones de buenas noches y los mensajes que al final sí llegan y estas diez canciones para temblar por todas las habitaciones que se quedan vacías cuando te vas y una ciudad lista para recibirnos y la carretera y el top manta y otro centenar de copas de más y los relojes y la perplejidad y todos los puntos de ventaja

y saber
que si me miras así
ni que sea una vez más

moriremos todos por knock out.