1. Estaremos de acuerdo
en que esto no es un brief: es el mismito infierno, aunque no está claro que en
el infierno haya heces y desde luego
en este post las hay (y hala: la primera). Pero habrá que intentarlo. A ritmo
de Beyoncé (vamos, play), que es como
hay que intentar las cosas serias.
2. Podríamos empezar la
historia con Makelele subido a un sidecar, pero sería un asunto más
propio de Jane Austen. Así que
empecemos mejor por una noche loca,
aunque no sé si tanto como la mítica en Cerdeña
en que I. se xxxx a un sardo. Que ahí
estábamos todos menos Josmar,
afinando casi tanto como la colega del Summertime
y además finiquitando el summertime por todo lo alto, porque como todo el mundo
sabe lo riu es vida y lo demás son
tonterías, y si no dejad de leer ahora mismo y abrid Instagram, que será por fotones del Salt del Grill y compañía.
3. Total, que la paella fantasía merecía una previa a la
altura, así que le dimos a las mazorcas, no fuera que nos quedáramos sin paluegos entre los dientes. Pa luego,
me refiero. Por si después de un suculento plátano
porni quedaba algo de hambre o para superar el famoso cáncer Albal. Jesús: letal es poco.
4. Y en estas que a
alguien se le cortaba la respiración: no se sabe si porque andaba imaginándose
a Coloma desnuda o un montón de pits pits pits són els meus amics. Los
que ya habían obnubilado al pobre del tractor por la mañana en la piscina, que
no hizo más idas y venidas en su puta vida, ante la atónita mirada de Jessica Fletcher disfrazada de oveja. Taaaan
molona her… Que si Jean Paul no se casó con ella fue
porque Dios no quiso.
5. ¿Qué íbamos a hacer
el resto? Repartir papelitos y servir más ratafía. Normal que ahí saliera lo que no había salido en años, como el videoclip de Kylie o las nomenclaturas en modo patatona, que datan -era arriba, era abajo- de la de los dinosaurios.
-¡En singular! - ¡Dinosaurio!
6. Así que, por
supuesto, conquistamos Serrat y hasta Manhattan.
Así, a lo loco, estando en La casa de la
pradera. De forma nada turbia (¡dejad de pensar en fistfucking!) y con la inestimable ayuda de Hipólito (¿será un pájaro? ¿será un avión? ¿será un enano?)
7. Y al día siguiente,
en fin. Había quien no se levantaba. ¿Debían estar nivelando el agua caliente de la ducha? ¿O era un caso de trempera matinera derivando en el
clásico más vale raja que paja? ¿Eh,
eh? Queremos aclaraciones. Sí, en plan tocapelotas.
Menos mal que lo que acaba con una paella
fantasía (bis), bien acaba. Sobre todo porque estoy hasta el coño ya y además
Beyoncé (bis) ya ha dejado de cantar. ¿Cómo? ¿No
queréis saber qué suena después?
Total, que prueba
superada. ¿O qué creíais?
Carpe diem, peñita.
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