sábado, 30 de enero de 2010

Hace mucho mucho tiempo,

para sacar una matrícula en crítica literaria sólo hacían falta 2 sonetos.

(I)
Descalabrando el mundo con palabras,
echando un pulso con el desamparo
ni tan vulgar ni loco ni tan caro,
no cerrará las puertas que le abras.

Nocturno lapidado a cuatro manos,
maestro de las rimas consonantes
medio romántico, medio farsante
que puede derribarte los veranos.

Si esta noche no rima sir García
yo le cambio su pluma por la mía
y nadie va mejor acompañada.

¿Don Montero? Eso será poesía.
La fiesta de jugar a la osadía:
catorce versos, lo demás es nada.


(y II)
Si digo poeta digo alfarero
digo Cyrano de noches en vela
digo cantante o autor a capella
digo pirata, verdugo, torero.

Digo compadre, juglar, enemigo
de inviernos en blanco, otoños en vilo
digo artesano, aguja sin hilo,
digo la almohada que duerme conmigo.

Si digo poeta digo monarca
digo pianista de orquesta vienesa
digo creador de los sueños sin marca.

Emperador del imperio del alma
príncipe gris que no lleva princesa,
ven, corazón, a robarme la calma.

No hay comentarios.: