lunes, 18 de enero de 2010

caballo de cartón

gracias.

esta mañana un caballo de cartón ha aparcado delante de casa derrapando. como una bendición, justo cuando más necesitaba una sonrisa.

la vida es una montaña rusa sin cinturón de seguridad ni chaleco antibalas.
el gong de salida apenas audible no sólo no nos prepara sino que nos suelta la mano y nos desampara y alguien se ríe a lo lejos de nuestra culpa nuestro dolor y nuestro estupor, de nuestro miedo.
y sólo podemos contemplar como subimos y bajamos sin poder parar las máquinas ni poner el pie en los estribos, en una fiesta a la que nunca supimos que estábamos invitados.
¿qué nos queda? saltar. renunciar. maldecir. confesar. escapar mientras desoímos cualquier sabio consejo como quien desoye llover cruda y silenciosamente.

por el camino intentamos aprender a reír, a llorar, a vivir. a escribir...

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