domingo, 7 de septiembre de 2014

siempre una más.

¿sabes cuál creo que es el problema? vale, no hay uno, hay mil quinientos. pero ¿sabes cuál creo que es uno de los fundamentales? ¿igual no muy evidente, pero sí crucial?

que no te habías ni atrevido a soñarlo.

que te pudiera pasar a ti, que te pudiera pasar así. que te pudiera pasar otra vez. o tal vez con más intensidad que ninguna de las anteriores. que pudiera pasarte a este nivel de revoluciones y a una edad -ahora- en que ya sabes -vaya si lo sabes- de qué va todo esto a lo que llamamos vida. 


ahora que tienes, aunque a ratos tú no lo veas, algo vital: además de corazón, criterio.

pero también tienes un problema. que pensabas que estas historias eran patrimonio de otros, o de los libros, o del cine o vete tú a saber de qué o de quién. lo que está claro que ni se te había pasado por la cabeza que te pudiera tocar a ti. y eso -no me dirás que no- es muy triste. rematadamente, infinitamente triste.

porque joder. no es que no entrara en tus planes: es que no entraba en tus sueños.

así que aquí estoy yo, que ya te habré dicho diez millones de cosas -trillón arriba, trillón abajo- diciéndote todavía una más -esto es así: siempre una más.

maldita sea.
maldito seas.
anda: sueña.

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