lunes, 11 de noviembre de 2013

¿Dónde iremos a parar?

Pocas veces un concierto fue tan moñas y tan cafre.
Pocas veces una noche fue tan dos por uno, special promotions s.a.
Pocas veces dieron tanto de sí un violinista, un chucho exquisito llamado Samuel, un par de entradas y otro par de invitaciones, una harmónica, un melenas, un final.
Pocas veces la cerveza cumplió tan bien su función, aunque fuera -a quién vamos a engañar a estas alturas- en cantidades animales y con la inestimable colaboración de unos tragos de Jack Daniels.
Pocas veces acordarse de Dylan fue más bonito, y hablar de kamikazes, partidos Dallas-Memphis y días libres más real.
Pocas veces las chicas fueron tan magníficas y el salitre nos puso la carne del alma tan –pero tan- de gallina.
Pocas veces hubo un backstage tan tremendo y tal cantidad de flashbacks de eso y también de todo lo demás.
Pocas veces mereció tanto la pena una afonía con resaca.
Y en fin. Muy poquitas veces una delantera fue tan borrachera y tan tan mítica. 
¿Nos lo perdonarán?

No hay comentarios.: