martes, 4 de octubre de 2011

de nuevo.

La espiral, de nuevo. Otra dosis de oficina y a la cafeína le sobran claims y no hay nada tan importante que merezca ser escrito en vallas de 3x8 -primero el ancho y luego el alto, y el día que lo recuerdes serás invencible. Revisas originales y te descojonas porque todos son el mismo despropósito repetido. Tan poquito esfuerzo que sobreviene el mal de altura. Tiene forma de recuerdo, con toda su nitidez; paraliza y provoca vértigo. Entonces cierras los ojos de ganas de, como el maestro. El gris pasa de claro a oscuro por segundos, y la verdadera épica cabe en una pantalla de chat. A todo esto seguimos en deuda y otra vez nos deberían quitar lo bailado. Con un ejército de tuneladoras. Porque lo bailado vive muy adentro.
Quien lo probó lo sabe.

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