sábado, 29 de septiembre de 2007

Hasta entonces

El día que el escenario no te tiña las canas y que el siguiente aforismo no te mate de risa, entonces sí, entonces retírate, muérete de miedo y deja la pista, esconde la cabeza y húndete, húndete directo a lo más profundo, a lo más recóndito, y hazlo sin la menor esperanza de volver. El ruedo no está hecho para todos: convéncete y lárgate. Quién sabe, tal vez allá abajo volvamos a vernos.

Pero hasta entonces, hasta entonces respira, adormécete pero despierta, mécete pero despierta y salta todavía más alto. Hasta entonces no te salves, juégate el pellejo en cada escenario, vive por si algún día, y ni que sea por pura casualidad, llega el amor, o el sol, o la madrugada que aniquile a todas las demás. Eso o cualquier otra cosa que haga que tus ojos brillen.

Hasta entonces sufre. Sufre pero camina. Sal al campo creyendo que ese partido no lo vas a perder ni loco. Respira todavía más profundo y siente la sangre bullir en tus venas. Hasta entonces escribe, no pidas disculpas, enfádate sobre todo contigo mismo, mécete y vuelve a despertarte, llora, llora pero camina.

Hasta entonces grita. Siente las notas, las gotas, la sed de las olas. Hasta entonces sigue regalando sonrisas, chistes malos, impertinencias. Hasta entonces disfruta, ponte esa copa de más, sal a bailar el último vals, sueña. Hasta entonces sueña, suéñate y no te olvides.

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