Pero cómo se te ocurre aparecer, con tu sonrisa de ángel, a desquiciar el mundo en ocho horas, la vida de repente es dulce y es eterna en ocho horas. Cómo me llevas a ver fútbol con cerveza, cómo me cantas y me haces reír y no terminas de emborracharte, cómo me coges la mano en un taxi y me besas sólo un vez, pero con tu sonrisa de ángel. ¿Cómo?
Hay un tipo de persona que inevitablemente desea lo que no está a su alcance, como yo. Y otro que es incapaz de soltar el lastre e ir a buscar lo que quiere, como tú. Eso sí, tú y yo sabemos que no fue normal, que no pasa todos los días. Y ni tú ni yo podemos engañarnos.
jueves, 30 de abril de 2009
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