jueves, 28 de junio de 2007

El viaje (I)

Póngame un trago más. Les contaré, si quieren, de qué modo viví ese viaje, cómo oí llorar a los hombres y vi el sol ponerse en un vaso de cerveza, mientras, a lo lejos, los meses pasaban, ajenos a todo. Unas veces volvía a casa encantada; otras, hundida. Las más, ansiosa por descubrir que sí, que estaba terriblemente viva, y también por la certeza de que el periplo no iba a ser infinito y que un día, tarde o temprano, me vería obligada a regresar, con la carga de esa aventura a mis espaldas. También les contaré, si quieren, por qué compadezco a los que nunca han sentido algo así.

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